María
Grande, 17 de junio de 2014.-
Al
Sr. Secretario General
AGMER
María Grande
Prof.
Mauricio Castaldo
Presente
Me
dirijo a usted, y por su intermedio ante quien corresponda, a los
fines de hacerle tomar conocimiento de una situación considerada
ilógica y anormal acontecida en la Escuela Secundaria de Adultos N1
42 “Prof. Julio C. Pedrazzoli” de esta localidad, donde soy
docente.
Aproximadamente
un mes antes de conmemorarse el 25 de mayo, las Instituciones de la
ciudad fueron convocadas por la Comisión de cultura a los fines de
solicitarles a cada Escuela, la presentación de un número alusivo
para el acto central, que se llevaría a cabo en la fecha antes
mencionada.
La
Sra. Directora, Patricia Taborda, me solicita especialmente dijera
las palabras, a lo que le respondí si me dejaba pensarlo unos días,
porque en esos momentos estaba complicado; preguntándole entonces al
Prof. Gustavo Vázquez, sobre el mismo tema, contestando este que no
tendría inconveniente de leerlas si otro las redactaba, a lo que la
Directora contestó que quien las hacía las leía. En una reunión
en los días siguientes, le respondí que me haría cargo de las
mismas.
Con
toda responsabilidad, como siempre actúo, redacté las palabras,
tratando llegaran y atraparan a los presentes, habiendo sido
previamente leídas, releídas y corregidas a medida que nuevas ideas
iban surgiendo, a fin de dejar bien sentado el nombre de la
Institución a la que pertenezco y quiero.
El
día jueves 22, sentí dolor de garganta, y para preservar mi salud,
ante la proximidad del acto, mandé trabajos a mis alumnos. La Sra.
Directora me envía un mensaje de texto, diciendo que no había
mandado las palabras, a lo que respondí, que se quedara tranquila,
que no consideraba necesario revisarlas, que ya estaba todo hecho, a
lo que me responde: “como q no es necesario representas a la
institución y x supuesto q me preocupó. 1 copia queda acá también”
(sic.).
Recuerdo
me encontraba en cama por prescripción médica, evitando engriparme
y tratando de reponerme bien, para cumplir con la obligación
contraída. No respondí en forma negativa como expresa la
Directora.
La
Señora estaba preocupada por las palabras, como lo expresa en la
nota, donde dice: “me sentí preocupada por la proximidad de la
fecha, temiendo mi enfermedad continuara”… pero no se preocupó
por mi salud, ya que en ningún momento me preguntó como estaba y si
iba a poder decir las palabras. Nunca me mandó un mensaje ni habó
por teléfono.
El
día 24 alrededor de las 18 horas se apersonó a mi domicilio
manifestándome que quedaba relevado de decir las palabras porque no
se las había pasado para revisarlas y que su decisión era apoyada
por la Supervisora, lo cual me resultó muy extraño; más aún
cuando nunca fue una condición la revisación previa de un
discurso.
Actuó
con autoritarismo y en forma arbitraria, no me preguntó como me
sentía, no buscó palabras conciliatorias, no dialogó, sino impuso
una actitud de soberbia, sin pensar que justamente el personal
directivo debe hacer uso del hermoso don de la palabra que poseemos
las personas a fin de conservar las buenas relaciones humanas.
Habiéndome
manifestado que no era necesario que me presentara al acto, le
solicité me pasara por escrito dicha decisión, y ante la falta de
respuesta, lo hice mediante nota de fecha 29/05, y ante su negativa
lo volví a pedir en fecha 06/06 (se adjuntan fotocopias de las
notas).
Que
se me contestó con nota de fecha 10/06, donde expresa la Sra.
Directora que llegado el día 24 y no teniendo novedades, lo que no
es cierto, le solicitó a la Prof. Natalia Garnier redacte y lea las
palabras en el acto del 25 de mayo.
Que
la Prof. Garnier me comentó que el mismo día jueves 22 la Directora
le encomendó dicha tarea, es decir que habiendo tomado ya la
decisión, esperó hasta el sábado para comunicarme que estaba
relevado de mi obligación.
En
la Institución soy uno e los profesores con mayor antigüedad (más
de 20 años) y la he representado con toda dedicación,
responsabilidad y esmero, debiéndose tener en cuenta, todas las
veces que he leído discursos o dicho palabras jamás fui objeto de
reproches, muy por el contrario.
La
actitud autoritaria, demagógica y discriminatoria de la Directora no
puede quedar impune, no es un buen ejemplo, por lo cual solicito al
gremio tome cartas en este asunto y se proceda en consecuencia.
Queda
a disposición, el teléfono celular del suscripto donde constan los
mensajes de texto mencionados, los originales de las notas de ser
necesario para la determinación de la verdad de los hechos.
Atentamente:
Prof.
Amílcar A. UZMAN
DNI Nº
16.799.316
Delegado gremial Agmer
Escuela de Comercio, nocturna, de María Grande
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