María Grande, 23 de Agosto de 2016
Al Inspector de Comedores Escolares
Rubén Vicente
Presente
Nos dirigimos a ud, y por su intermedio a quién corresponda, para
solicitarles un mayor presupuesto para nuestros comedores escolares.
Por supuesto que, para nosotros, el ideal es que cada alumno coma
bien en su casa con su familia, y en un buen ambiente familiar, pero
sabemos que las malas políticas que se vienen aplicando en Argentina
desde hace por lo menos cuarenta años, han hecho de la pobreza, las
necesidades y la exclusión una imagen política cotidiana, y muchas
veces, una moneda política de cambio también. Nunca perdemos
nuestros ideales en la lucha, pero nunca dejamos de mirar la realidad
cotidiana tampoco.
Sabemos también que algún político o algún funcionario, bien
pagado con plata del pueblo y bien comido, nos dirá que inspeccionar
comedores es sólo controlar la cocina, la comida y la “conducta”
de los gurises. Para nosotros el concepto de comedor escolar y de
comer bien es mucho más amplio: en primer lugar es lograr un mayor
presupuesto para todos los comedores escolares, para que gurises y
docentes coman bien, para que no haya que mezquinar nada por falta de
dinero o porque el gobierno envía atrasadas las partidas, o porque
no se actualizan los montos debido al ajuste inflacionario.
Para nosotros analizar la situación de los comedores es valorar, y
más que nunca, la tarea y la gestión cotidiana enorme que
directivos y personal de cocina hace para conseguir y cocinar la
comida de nuestros gurises, y hacer que la misma alcance para todos.
Ningún funcionario político estuvo cuando hubo que ajustar la
comida por falta de fondos -mientras se ve en los medios y en las
redes el robo y el saqueo del erario público y la entrega del
patrimonio nacional-. Ningún funcionario estuvo en la escuela cuando
hubo que poner la cara para pagar las cuentas atrasadas. Es una
vergüenza que un gobierno deposite un día 18 (dieciocho) el dinero
para el comedor.
Nunca estuvieron ni están los funcionarios políticos cuando hay
que hacer las compras, cuando hay que atender a los gurises y a sus
familiares, o cuando nos quedamos cortos con el pan o con la garrafa
y tuvo que cubrirnos la cooperadora de la escuela.
¿A ud le parece que con $ 6 o $10 o $12 por alumno podemos darle
toda la comida que queremos y que se merecen nuestros gurises y
nuestros maestros?.
¿A ud le parece también que un trabajador de una escuela puede
ser trasladado así que por si, sin afectar las necesidades, el
trabajo y el funcionamiento de la escuela? Si hay dinero para nombrar
inspectores y cargos políticos, ¿porqué no hay dinero para nombrar
personal en la escuela que lo necesite?. Exigimos respeto al trabajo
en todas sus formas, en cada escuela.
Le solicitamos su compromiso para sumarse a nuestra lucha por un
mayor presupuesto para los comedores y por más escuela pública, por
el respeto a nuestros docentes directivos, al personal de cocina y a
todos los que trabajan en cada escuela, sin amenazas, sin traslados
arbitrarios, sin vigilancia, sin bajas de categoría: en la política,
como en la vida, uno debe definir de que lado está.
AGMER MARÍA GRANDE – FILIAL JOSE LUIS TOSCANI
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